Un mundo en BTT: CAMINO DE SANTIAGO - ETAPA 1: Astrabudua

CAMINO DE SANTIAGO
Etapa 1: Astrabudua - Cubo de Bureba

Bueno, pues después de muchos años pensando en ello sin llegar a realizarlo, este año ha sido el definitivo, animado por mi mujer, por fin me decidí a realizar el Camino de Santiago en bici. En principio lo iba a realizar sólo, pero al final se apuntó un amigo mío, Sergio. Hicimos el camino francés y lo hicimos desde casa, cada uno peregrina desde donde quiere y nosotros lo hicimos desde casa. Después de volvernos un poco locos buscando donde conseguir las credenciales del peregrino, al final las logré en el albergue de Portugalete, además me echaron un sello con fecha del día siguiente, que era cuando íbamos a comenzar nuestra peregrinación.

5 de Julio de 2014: Astrabudua – Cubo de Bureba

Empezamos nuestro periplo el 5 de Julio, no sin antes, estar toda la semana anterior comprando parrillas, alforjas, ajustando bicis, limpiando pedalieres, etc. La bici de Sergio era de carbono, por lo que no tenía donde sujetar la parrilla en la base de la rueda trasera, pero mi querido Mc Guiver hizo acto de presencia y colocó unas chapitas metálicas que daban soporte suficiente a la parrilla, con lo que no contó mi amigo Mc era que el peso sumado a los botes que íbamos dando por el camino nos iban a jugar alguna mala pasada, pero eso será más adelante…

Estuve metiendo todos los enseres que creía necesarios en las alforjas, como no tenía funda por si nos llovía algún día, lo metí todo en paquetitos con bolsas de congelar. La verdad es que iba todo muy bien organizado y en principio bien protegido. Al final le metería unos 10 Kg o 12 kg de peso a la bici, que sumados a los 16,5 Kg que pesaba ya en vacío, me llevo a arrastrar una bici de unos 28 Kg. No está nada mal eh? Y como no, no había salido rodar ni un dia con peso para probar a ver qué tal iba el tema. Así que el día 5, a las 8 de la mañana cogí mi “ligerísima bici” y bajé a la calle a esperar a Sergio. Llegó tarde, porque había tenido algún problema con el cambio, lo solucionó y por fin llegó al lugar de la cita. Mientras le esperaba probé que tal se rodaba con la bici y me di cuenta que costaba muchísimo empezar a rodar y que las sensaciones eran completamente distintas a ir sin peso, pero quién dijo miedo! Ya me acostumbraré, pensé.

Iniciamos la marcha no sin antes comparar el peso de mi bici con la suya, el mamón llevaba las alforjas casi vacías y si le sumamos que su bici era de carbono, pues eso, que la diferencia de peso entre su bici y la mía igual eran 8Kg, casi nada!

Yo me había encargado de toda la parte de organizar las rutas, organizar los tracks y los sitios en los que hacer noche, En esta primera etapa, nos esperaban 110 Km y había que subir el puerto de Orduña, que en su día estuvo catalogado como puerto de primera. A lo que íbamos, iniciamos la marcha por la carretera de la ría, fuimos hasta Bilbao desde allí por Atxuri hasta Basuri, Amurrio donde hicimos una paradita para tomar un café, poco después llegamos a Orduña, lo que indicaba que nos quedaba muy poquito para el puerto y efectivamente, allí estaba esperándonos, al verme a mí, se frotó las manos… comenzamos a subir, al principio fue llevadero, costaba pero se podía hacer bien. A mitad de camino Sergio que iba más rápido, me abandonó, le dije que no se preocupara, que subiera a su ritmo y que ya nos veríamos arriba. Al quedarme sólo perdí el ritmo, el calor apretaba de cojones, tanto fue así que hubo un momento que me di cuenta que me estaba mareando y pensé “me está dando una pájara y no me estoy ni enterando”, me paré en la cuneta y me tomé una glucosa y un gel, me dí cuenta de que me temblaba hasta el pulso, mucha agua y delante de nuevo. Había pagado el esfuerzo de arrastrar el peso, el calor, el intentar ir más rápido de lo que debía para no hacerle esperar mucho a Sergio, etc además, yo llevaba ruedas de tacos, mientras que el llevaba ruedas lisas por lo que se me hizo imposible seguirle y reventé, jajaja. Un rato después, ya podía ver el alto de Orduña a lo lejos, allí estaba Sergio, que ya debía estar aburrido de esperarme, seguro que pensó “a donde voy yo con este paquete a hacer el camino de Santiago?, le voy a tener que estar esperando cada dos por tres”. Pero la verdad es que fue el único día que pasé ese rato de apuro, el resto lo llevé bastante bien.

Una vez coronado el puerto y tras un merecido descansito, comenzamos a descender, íbamos sin agua y con una sed del copón, serían sobre las 14:00h. de la tarde y pegaba un solazo del copón. Por fin llegamos a un pueblo en el cual llenamos lo botes en una fuente. Valoramos la idea de comer algo o seguir y decidimos seguir. La meta del día era Cubo de Bureba , un poco más allá de Pancorbo, donde disponíamos de la casa de los padres de Sergio,. Hubo un momento en el que valoramos llegar hasta la meta sin comer y una vez allí comer y descansar, la verdad es que somos unos animales, pero no, nos paramos en un pueblo al ver un río en el cual nos podíamos bañar, junto al río había bares y chiringuitos, así que nos comimos unos bocatas, nos tomamos unas cervezas y por supuesto nos dimos un bañito en las gélidas aguas del río, he bebido cubatas que estaban más calientes… Estuvimos bastante tiempo allí, tampoco teníamos una prisa excesiva así que…

Cuando reemprendimos la marcha, nos costó mucho volver a coger ritmo. Llegamos a Pancorbo y estábamos ya bastante cansados, así que volvimos a parar a tomar un refrigerio. Enseguida continuamos la marcha y al rato llegábamos a nuestro destino del día.

Nos dimos una ducha, charlamos con los padres de Sergio, cenamos, echamos un vistazo a la ruta del día siguiente y nos fuimos a descansar temprano ya que al día siguiente nos esperaban otros 100 Km de nada.