jueves, 20 de noviembre de 2014

CAMINO DE SANTIAGO - ETAPA 3 : Hontanas - Sahagún

CAMINO DE SANTIAGO
Etapa 3: Hontanas - Sahagún




7 de Julio de 2014 : Hontanas - Sahagún
Nos despertamos a las 7:55h. y nos fuimos desperezando mientras veíamos el encierro de San Fermín por la tele. Recogimos un poco los bártulos y bajamos a desayunar.
Al llegar al comedor, nos lo encontramos vacío, había una nota sobre una mesa con nuestro número de habitación seguido de la frase "Que tengáis buen camino", pues no sería porque íbamos a salir de allí bien alimentados para tener fuerzas, porque la verdad es que de abundante no tenía nada, dos trozos de pan, dos panes tostados de paquete, una porción de mantequilla y una de mermelada, bastante escasito para lo que encestábamos en ese momento, así que empezamos a revisar las mesas que ya habían desayunado y recogimos las sobras de todo el mundo porque claro, no había otra posibilidad, ya que los dueños no estaban, estábamos solos en el hostal. Así que desayunamos lo que pudimos y volvimos a subir a la habitación.
Preparamos los bártulos y bajamos a  colocar las alforjas en las bicis, antes de eso, Sergio estuvo hablando con el dueño de la tercera bici que se encontraba en la recepción, un alemán llamado Martin, como nuestro inglés deja bastante que desear si es que se le puede llamar inglés a eso que hablábamos nosotros con el pobre Martin, Sergio le entendió que venía haciendo "twenty kilometers for day". Fuimos comentando este tema cuando iniciamos la marcha y nos reíamos pensando que nada mas arrancar tenía que estar buscando el siguiente alojamiento, porque haciendo veinte kilómetros al día...






Tras unos kilómetros, llegamos a Castrojeriz, recorrimos el pueblo por dentro, que por cierto era bastante bonito y en una terraza de un bar, vimos a Mártin desayunando, supongo que su desayuno del hostal le pareció igual de escaso que a nosotros, le saludamos y continuamos. Nos reíamos comentando que igual estaba buscando alojamiento para esta noche, porque claro los veinte kilómetros se pasan enseguida. 


Volvíamos a estar dentro del camino, sorteando piedras y peregrinos, de repente y si avisar, apareció un repecho bastante duro, nada que no pudiésemos superar, pero en ese momento nos acordamos de un comentario que nos había hecho otro bicigrino cuando íbamos a salir de Hontanas, a él le habían comentado de después de Castrojeriz siguiese por la carretera para así evitar una subida dura que había en el camino. No fue excesivamente dura, la subimos bien, sobre todo Sergio que cuesta arriba siempre iba bastante por delante de mi. Además cuando me encontraba subiendo ese repecho, pinché la rueda de atrás, ¡Que putada! porque si pinchas, tienes que desmontar las alforjas antes de soltar la rueda y eso era un verdadero coñazo. Pero reaccioné rápido y como llevaba cámaras antipinchazo, empecé a pedalear como un loco para que la rueda girase lo mas rápido posible y así taponase el pinchazo cuanto antes. Así sucedió, unos metros mas adelante, dejó de sonar la perdida de aire, de lo cual me alegré porque no tuve ni que hinchar la rueda, eso si, a partir de ahí me costaba rodar un poco mas porque la presión había bajado, pero aún así estaba en condiciones de rodar, porque en Cubo de Bureba, había metido una presión de 4Kg con el compresor del padre de Sergio para así poder rodar mejor por carretera.
Por fin coroné el repecho y le comenté a Sergio lo que me había pasado, realizamos unas fotos en una cruz que había en lo alto rodeada de montoncitos de piedras. Esto de las piedras debe ser cosa de guiris, porque está el camino lleno de montoncitos y que yo sepa, en el único lugar al que hay que llevar una piedra es a la Cruz del Ferro.


Después de cada buena subida siempre hay una buena bajada y esta vez no iba a ser diferente, así que bajamos una pendiente muy pronunciada que estaba hormigonada, continuamos camino bastante rápido, hasta que me dí cuenta de que había perdido a Sergio, volví para atrás y me comentó que había tenido que volver hacia atrás porque había perdido el estuche de las herramientas. Continuamos la marcha hasta que apareció una pequeña ermita que era un refugio para los peregrinos, en el cual daban café y sellaban la credencial, así que echamos otro sellito a nuestros papeles. En este momento, Sergio estaba bastante mosqueado, no dejaba de echar juramentos, ya que el camino se había puesto bastante pedregoso y su parrilla había empezado a sufrir. Las pletinas que había puesto, se estaban doblando con las vibraciones. Enderezamos como pudimos y puso unas bridas para que le sujetasen un poco mas. Entramos a hacernos unas fotos y al salir, allí estaba nuestra sombra Mátin, levanto la mano en señal de saludo y al ver que nos estábamos haciendo fotos, se ofreció a hacernos una a los dos juntos. Comentó que su cámara se le había roto y que estaba esperando llegar a una ciudad para comprar una nueva, ya que su móvil no tenía cámara y se estaba perdiendo muchos recuerdos del camino. 














Nos despedimos e iniciamos la marcha de nuevo durante bastantes Kilómetros, hasta Fromista donde había una pequeña presa del  canal de Castilla donde paramos a hacernos unas fotos. Estando allí, llegó el colega Martin, estuvimos hablando un buen rato y haciéndonos mas fotos. Estuvimos fisgando su bici, que era la idónea para realizar este tipo de ciclismo, eso si, pesaba tanto como la mía.











 




Nos volvimos a despedir y Sergio y yo continuamos hasta el pueblo, paramos a desayunar en una terraza unos cafés con sus respectivos pinchos de tortilla. Cuando nos íbamos a sentar en la mesa, llegó Martin y le pregunté a ver si le apetecía un café, me dijo que si, así que le traje un café y un pincho de tortilla, cuando la vió me dijo "tortilla española?", le conteste que si haciendole gestos de que estaba muy rica. Caundo empezamos a desayunar, llego otro chico que habíamos visto esa mañana en Hontanas y nos había dicho que evitasemos una subida que había en la ruta de hoy (se refería a la subida en la que yo había pinchado) y fueramos por carrtera, ya que le habían dicho que era dura. 
Nos presentamos ya que no lo habíamos hecho con anterioridad, era de Mallorca, había empezado el camino desde la Rioja y estaba trabajando en Abu Dabi. Cuando se dió cuenta de que Martin era Alemán, le preguntó si hablaba inglés y se puso a hablar con él de una manera super fluida, vamos casi casi igual que nosotros, jajaja. La verdad es que yo le entendía casi todo, alque me costaba mas era a Martin, ya que seseaba y encima tenía una cento muy marcado, además su nivel de ingles debía estar por encima del nuestro, pero no mucho mas...
Cuando llevabamos un rato hablando, le pregunté a Sergio a ver como se llamaba el chico, ya que no me acordaba y me daba verguenza volver a preguntarselo. Me contesto "San Cristo", me que dé mirandole con cara de no entender lo que me decía. Le dije "no, que como se llamaba el chico?" y me dice de nuevo "San Cristo"... "como coño se va a llamar San Cristo, si me ha parecido que era un nombre normal y corriente" y me dice" no, ha dicho que se llamaba San Cristo", bueno, ahí lo dejamos aunque yo no me quedé nada convencido.
Un poco mas tarde, en medio de una conversación, le dije "perdona, cual era tu nombre? y contestó... "Francisco", después de superar mi carcajada interna, nos despedimos y seguimos nuestro camino dejando en la terraza a Mártin y nuestro nuevo colega Francisco. Cuando nos habíamos alejado un poco le dije a Sergio "Anda San Cristo, tira pa´lante" y nos fuimos riendo durante un buen rato.





Continuamos nuestro camino, esta vez por carretera, cruzamos un par de pueblos, en uno de ellos vimos una escultura de Santiago y como aún no teníamos ninguna, nos paramos a realizar unas fotos, en ese momento, se nos acercaron unas niñas intentando vendernos las vieiras del peregrino con la cruz de Santiago pintada por ellas. Les pregunté a ver cuanto querían por ellas y me dijeron que 50 céntimos. Les compramos dos de las tres que tenían, pero mientras estábamos en el tema, apareció se nuevo el alemán omnipresente y por supuesto les dije a las niñas que esperasen que les iba a vender todo el género. Le hice comprar a Mártin otra vieira, también aparecieron por allí una pareja de alemanes andando, se pusieron a hablar con su compatriota y aprovechamos el momento para venderles una muñequita que habían hecho y pedían 10 céntimos por ella, les sacamos un euro al caminante alemán y les preguntamos a las niñas a ver si les quedaba algo por vender, la mas avispada de ellas me dijo que tan sólo les quedaba la tapa del zumo que se había bebido y le dije que en esa venta ya no le podía ayudar. Nos despedimos entre risas y reemprendimos la marcha, esta vez con Mátin incluido.



Continuamos hasta Carrión de los Condes, donde después de sellar en la oficina de información decidimos comer, Mártin se despidió porque él  iba a continuar camino. Tanto los precios como la calidad del menú era similar en todo el pueblo, así que, buscamos un sitio donde poder comer teniendo las bicis junto a nosotros. Mientras estábamos comiendo, en otro lugar completamente alejado de donde nos habíamos despedido de Mártin, apareció y aparcó junto a nuestras bicis, saludó, comentamos algunas cosas y se embadurnó de crema solar todo el cuerpo, casí se desnudó completamente para dársela, mientras tanto, nosotros ya estábamos comiendo. Se volvió a despedir preguntándonos donde nos íbamos a parar a dormir, le dijimos que en Sahagún y dijo que igual él también. Le pregunté que cuanto kilómetros solía hacer al día y dijo que alrededor de "One Hundred Twenty kilometers" (el cabrón de Sergio se había comido el One Hundred cuando habló con él en Hontanas, Y nosotros riéndonos de él). Se marchó y continuamos comiendo, después de comer, nos acomodamos en una sombra a tumbarnos y descansar un rato.
Siestita en un banco


Siestita detrás de un arbol
De nuevo en marcha, abandonamos Carrión de los Condes y empezamos a devorar kilómetros al ritmo que nos permitía el pollo que nos habíamos comido, ya que no hac´ía mas que subir y bajar, cualquiera diría que nos lo habíamos comido vivo.
No estoy seguro, pero creo que fue en esta etapa, donde nos encontramos con una peregrina que iba sola y al pasar nos preguntó la pobre a ver si íbamos bien, porque no se había encontrado con nadie hacía muchísimo tiempo y no sabía si iba bien. Le confirmamos que era el camino correcto y que efectivamente nosotros también llevábamos por lo menos 15 o 20 kilómetros sin ver a nadie. Miramos hacia adelante y solo se veía la llanura de Castilla, no se divisaba ningún pueblo, nos ofrecimos a darle nuestro número de teléfono por si le pasaba algo, pero nos comentó que se estaba quedando sin batería en el móvil, así que nos dijo que continuáramos tranquilos, que con saber que estaba en el camino correcto ya se quedaba mas tranquila aunque tardase aún horas en encontrar algún pueblo.  Así que continuamos y poco después nos encontramos un pequeño valle donde había un pueblo, la gritamos desde la distancia haciéndola ver que enseguida encontraría el descanso y la tranquilidad que necesitaba.






Vieiras compradas a las niñas. Perfectos peregrinos.











Después de bastantes kilómetros mas, llegamos a Sahagún mitad del camino según dicen. Al entrar en el pueblo, nos salimos del camino para buscar alojamiento y creo que en ese momento nos perdimos unas estatuas que debe haber señalando la mitad del camino, así que esa foto no la tenemos, snif.
Dimos algunas vueltas hasta encontrar el hostal donde nos hospedamos, el Viatoris. Nos atendieron bastante bien, aprovechamos para lavar la ropa ya que tenían servicio de lavandería. Guardamos las bicis en una sala de reuniones que tenían con sus banderitas presidiendo y todo;). Mas tarde vimos que este hostal también dispone de albergue y que para ellos tenían los típicos aparcabicis para dejar las bicis candadas, eso si en la calle. Nos dimos una ducha y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Tomamos una cerveza y buscamos un sitio para cenar. Cenamos a base de raciones y como no de postre nos tomamos una cremita de orujo. Seguido nos fuimos al hostal a recoger la ropa que habíamos lavado y a descansar. 




Cervecita fresca y tapa que se quedo en el plato, que mala pinta tenía!






No me dio tiempo ni a hacer una foto a la comida, Que hambre!


Que bien me tiende la ropa mi "cari".

He de decir que ya empezábamos a sufrir algo en el culo, durante esta etapa, yo coloqué una funda de gel que había traído, como no se adaptada a mi sillín, le coloqué una brida, la cual me acabó produciendo una rozadura, pero he de decir que de culo bastante bien, estuve con la funda un par de días y luego la que de nuevo con ello fui cambiando la posición en el sillín lo cual creo que me ayudó bastante. También he de decir que todas las noches nos dábamos cada uno en su culo, jejeje, crema hidratante y por las mañanas vaselina para así evitar las rozaduras.

Datos de GPS del track realizado:
95,60 Km
418m.  de desnivel acumulado positivo
Tiempo de realización: Unas 6 horas 2 minutos

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